lunes, 9 de agosto de 2010

Historias inacabadas

Y Brausencito sigue mirando al cielo, ahora se pregunta como es posible que caiga tanto barro sobre su pequeño coche. ¿Será posible meter el automovil dentro de la piscina? Así el coche queda limpio y la piscina se convierte en playa..

De cada libro puede nacer otro, siempre hay algo a rescatar, un hilo que queda cortado, o una idea solamente insinuada que a otra persona puede parecer brillante, una bola de billar que empuja a otra sin que ninguna fuerza la pare en su rodar.
Sobre eso trata esta entrada, de una ocurrencia que tuve al leer: Historia naval de la Gran Guerra de Mateo Mille. Un libro, que como bien te puedes imaginar amigo lector, trata sobre lo que parece, de buques, cañones, submarinos y demás bombardas embarcadas en cualquier medio que flote. El libro fue escrito en 1935 y por eso se habla de la Gran Guerra en vez de la Primera guerra mundial y, aquí viene la idea entresacada a golpe de hacha de mis meninges: me llamo la atención la imagen que se da de Winston Churchill en la obra.
En aquel periodo era el Primer Lord del Almirantazgo y ordenó un ataque en la península de Gallípoli, con el objetivo de ayudar al frente occidental francés presionado por la maquinaria bélica germana. La jugada ideada por Churchill no resultó muy afortunada, las bajas fueron enormes y no se consiguió nada de positivo. Mateo Mille ataca al entonces Primer Lord como máximo responsable de este fracaso, desde luego es estúpido esconder su parte de culpa . Lo curioso, es que al leer cualquier biografía que te puedas encontrar en Internet de Sir Winston (http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/churchill.htm) este hecho no se menciona casi o simplemente se omite.
En Gallípoli murieron más de cien mil personas y se combatió con ardor en ambos bandos. No fue una batalla decisiva, en la Gran Guerra casi ninguna lo fue, pero queda minimizada en los relatos de la obra y milagros de Sir Winston. ¿La razón? Su enorme peso en la lucha contra el Tercer Reich. Si el Lord hubiese muerto poco después del desastre de los Dardanelos, se le recordaría como algo totalmente distinto a lo que es ahora.
Las historias, pueden dar muchas vueltas hasta su final, equivocarse al principio, acertar al final. Hasta que el arbitro no pita el final, hasta que no nos arrebatan nuestra historia (vida) todo puede cambiar.

Brausencito recomienda: Niño Malalengua y su cd: Panicotidiano. También recomienda a la lluvia no mezclarse con el barro, esta mucho más bella sin él.