lunes, 14 de enero de 2013

Absolución - Luis Landero

La naturaleza de una persona es complicada de cambiar, pesa como una losa si consideramos que nos es perjudicial y nos ancla a la vida si pensamos que es algo bueno. Hay gente que luchará toda su vida por tratar de cambiar el fondo de su alma, ya que puede interpretar que es demasiado tímido, o que le faltan agallas o le sobra inconstancia, quizás lo más inteligente sea no luchar contra algo que es inmanente a ti sino aprovechar esa cualidad en tu beneficio y amoldar tus circunstancias a tu esencia

En Absolución, Luis Landero habla sobre Lino, una persona cuya mayor cualidad es ser errático, viaja de un lugar, en su vida, a otro sin rumbo, todo le cansa, nada le llena, hasta que conoce a Clara y parece, que finalmente asienta la cabeza. Pero Lino se agarrará a una de esas situaciones que nos brinda el destino y que en nuestras manos está el tomarlas como una excusa, y hacer de ellas una oportunidad para dar un giro a nuestras vidas, o mirar para otro lado y seguir caminando por la misma senda que veníamos recorriendo. Lino encontrará en ese hecho la excusa para volver a huir.

De un libro de Landero siempre se puede sacar mucho partido, en mi opinión la primera parte del mismo, en donde se cuenta la infancia y adolescencia de Lino, es magnífica. La relación con su padre, que acaba considerando el haber sido afectado por la Colza como un regalo y sobre todo, como las palabras, creadoras y vivas, van guiando el desarrollo de Lino: ironía, (fundamental para afrontar la vida ya que los adolescentes siempre tienen la tendencia a tomarlo todo demasiado en serio), contingencia (cuando aprendes que la suerte es un factor que no se puede desdeñar en la vida) y tedio (el tiempo a los dieciséis años parece que no se desliza).

Otro punto que he de destacar de esta obra es la relación entre el señor Levin y Paula y como hacían cosas, cualquier tipo de plan para después desgranarlo en historias que nacían de la experiencia vivida. Personalmente me encanta recordar hechos y darles un matiz diferente cada vez que los recuerdo, se crea literatura con esa práctica.

Un libro de Landero siempre merece la pena ser leido, Absolución no es una excepción.