martes, 2 de diciembre de 2014

La fiesta de la insignificancia - Milan Kundera

Tuve una racha de leer de manera compulsiva a Kundera: La broma, La lentitud y como no, la gran conocida de su obra: La insoportable levedad del ser. Grata fue mi sorpresa cuando descubrí: La fiesta de la insignificancia, su última novela.

El libro habla de un grupo de amigos maduro, en un momento del tiempo, que nada tiene de especial, se celebra una fiesta, discuten sobre Stalin, uno de ellos rememora a su madre, podría ser otro día en sus vidas pero es ese, uno que no se distingue del resto, uno que les acerca al fin de sus vidas.

El librito es como una pequeña colección de curiosidades: la relación de entre Stalin y Kalinin, la broma de las veinticuatro perdices,  gastada por el dictador soviético a sus secuaces, recorriendo esa tibia frontera entre lo que unos consideran broma y otros vera (y en la que se mueve toda la encantadora novelita), ya que no son capaces de concebir al gran líder  con la capacidad de generar chascarrillos. También son interesantes la teoría de los perdonazos, aquellas personas que tienen una tendencia innata a pedir perdón, "el que pide perdón se declara culpable. Y si te declaras culpable, animas al otro a seguir insultándote y a denunciarte públicamente hasta la muerte. Éstas son las consecuencias fatales del que pide perdón el primero". O aquella otra hipótesis acerca del buen humor, con una sonrisa todo es posible, absolutamente todo.

Pero quizás la más perspicaz es la que da título al libro: La insignificancia, esa cualidad que nos adorna a la gran mayoría de los mortales, y de la que muchos reniegan, puesta en relación con otra de las constantes en la obra de Kundera, las mujeres: "cuando un tipo brillante trata de seducir a una mujer, ésta tiene la impresión de entrar en una competición. Ella también se siente obligada a deslumbrar. A  no entregarse sin resistencia. Mientras que la insignificancia la libera. La descarga de preocupaciones. No exige ninguna agudeza. La despreocupa y, por tanto, la hace más fácilmente accesible".

El último libro de Kundera que debería ser el primero en ser leído para aquellos que le desconocen
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