lunes, 18 de mayo de 2009

Ausencias

Ausencias, telegrafiadas o soñadas, previstas o equilibristas, desilusionantes o innecesarias, mortales o vivificantes, insurgentes o trémulas, despiadadas o salvadoras, toda una existencia llena de ausencias, de mi vida en la tuya, de la tuya en la mía.
No tuve el placer de encontrarme personalmente ni a Mario, ni a Antonio, pero parecía que ellos en ocasiones me conocían mejor yo mismo, que eran capaces de leer a través de mis corazas de alma dura. En otros momentos trataba yo de descifrar el significado de sus versos más intimos, buscando entelequias y combinaciones rocambolescas para conciliarlos con mi estado de animo en ese momento.
Allí han estado y estarán, mientras siga caminando bajo este cielo que se nos cae poquito a poco, en mi cabeza, en mi corazón, en mi alma, temblando juntos ante la inverosimilitud del mundo.
Para dejar una huella en el suelo primero debes haber pisado, para poder mirar atrás tienes que andar, para que haya una ausencia debe haber un encuentro.
Encuentros, telegrafiados o soñados, previstos o equlibristas, desilusionantes o innecesarios, mortales o vivificantes, insurgentes o trémulos, despiadados o salvadores, toda una existencia llena de encuentros, de mi vida en la tuya, de la tuya en la mía.