A partir del texto anterior (Una cita) exponga su opinión argumentada sobre la felicidad como un estado estático o dinámico (1,5 puntos)
Aquí el autor expone su pensamiento sobre lo que es la vida y como alcanzar la felicidad, siendo esta última un estado óptimo al que todos deseamos llegar.
Pero D'Ors nos deja clara una cosa en su texto que si alcanzamos tan deseado estadio este desaparece; como quien persigue su propia sombra cuando al fin la alcanza no puede abrazarla.
Nosotros somos seres dinámicos, nacemos, crecemos, nos desarrollamos y, indefectiblemente, morimos, por mucho que deseemos ser Peter Pan, éste acaba reventando más o menos dolorosamente, porque somos un rió que jamas podrá ser embalsado.
Heráclito ya dijo hace más de dos milenios aquello de: "En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos]", esto tiene tantas implicaciones maravillosas como turbadoras, si conseguimos desterrar la idea de paraíso como lugar conquistable y del cual nunca nos podrán expropiar , por otro lado tan inculcada en nosotros desde nuestra infancia, abrimos la puerta a un mundo cambiante que se estrena cada día lleno de matices diferentes a nuestros también nuevos ojos.
D'Ors lo sabe y lo que es más importante; lo siente por eso practica lo que a él le hace feliz: escribir, persiguiendo así su felicidad, hincar otra bandera y cuando ésta este firmemente arraigada en el suelo, no abandonarse a la contemplación y vanagloria, sino arrancarla de cuajo y emprender el riesgo de volver a crear magia uniendo palabras desconocidas entre si hasta ese momento.
La tentación de la estancación en una vida irremediablemente dinámica es la condena de la gran mayoría de nosotros; viendo que ni el coche, ni la casa, ni la Play 3 nos dan la felicidad y que si alguna vez nos acercamos fue cuando corrimos detrás de ese coche, esa casa, esa Play 3.
Por eso quizás los genios nunca paren, sigan escribiendo, componiendo, pintando, inventando, comprando, alzando su bandera de un lugar a otro, persiguiendo la felicidad y así siendo felices.
Evalúen el intento del alumno comentando el texto, por favor no sean muy duros con él, aún es un aprendiz.
lunes, 21 de julio de 2008
jueves, 17 de julio de 2008
Una Cita
Pablo D'Ors, Lecciones de ilusión, página 588:
"El hombre que es feliz siempre crea un espacio: una casa, un libro, un horizonte nuevo al que viajar y en donde hincar aunque sea metafóricamente un bandera. Pero ese mismo hombre feliz, con la bandera hincada y el libro escrito, ese hombre en casa se da cuenta de que por muy bien que ondee la bandera y por muy confortable que esté en su hogar, por justo y necesario que sea el libro que ha logardo escribir, ni la casa ni la bandera ni el libro le dan la felicidad. Que la felicidad está en viajar para hincar una bandera, en escribir para ofrecer un libro y en construir una casa para que otros la habiten mientras que él, ese hombre féliz, construye otras casas, hinca otras banderas y escribe otros libros que tratarán -es lo más probable- sobre cómo se fraguan las historias, se hincan las banderas o se construyen las casas. El hombre que es feliz crea espacios para la felicidad; pero ninguno de esos espacios es la felicidad."
"El hombre que es feliz siempre crea un espacio: una casa, un libro, un horizonte nuevo al que viajar y en donde hincar aunque sea metafóricamente un bandera. Pero ese mismo hombre feliz, con la bandera hincada y el libro escrito, ese hombre en casa se da cuenta de que por muy bien que ondee la bandera y por muy confortable que esté en su hogar, por justo y necesario que sea el libro que ha logardo escribir, ni la casa ni la bandera ni el libro le dan la felicidad. Que la felicidad está en viajar para hincar una bandera, en escribir para ofrecer un libro y en construir una casa para que otros la habiten mientras que él, ese hombre féliz, construye otras casas, hinca otras banderas y escribe otros libros que tratarán -es lo más probable- sobre cómo se fraguan las historias, se hincan las banderas o se construyen las casas. El hombre que es feliz crea espacios para la felicidad; pero ninguno de esos espacios es la felicidad."
martes, 8 de julio de 2008
El límite de la locura
Brausen mira apesadumbrado como aumenta el volumen de su tripa, conducido por la desesperación puede tomar cualquier decisión, incluida la de hacer deporte.
Hace un tiempo que me terminé Lecciones de Ilusión de Pablo D'Ors , libro que para digerirlo en su entereza merece ser vuelto a leer, y no me terminaba de decidir por uno de los muchos temas que se tocan en la obra, todos con enjundia. Tras sopesarlo creo que me decantaré por el que da título a esta entrada y es el hilo conductor de la novela de D'Ors.
Para que una persona sea original en cualquier ámbito debe pisar caminos nunca hollados hasta ese momento, explorar sendas oscuras e inciertas, olvidarse de convenciones académicas y normas sociales, avanzando en pos de una idea, que puede que se le haya metido en la cabeza a traición, coqueteando con la locura y citándose con ella a cada momento.
Los cuerdos actúan siempre de acuerdo a lo preconcebido, no cabiendo en ellos más que un comportamiento predecible, llevando una vida madura y plena exenta de sobre saltos.
¿Pero quien es el loco y quien el cuerdo?
Las normas (sociales, académicas, artísticas o de cualquier tipo) a las que atenerse cambian a cada momento, no hace más de cien años (e incluso menos) lo intachable era casarse sin llegar al cuarto de siglo cumplido, ahora se llama loco al que simplemente contrae matrimonio; sensato era el profesor que pensaba que el sol era el centro del universo mientras actualmente todos pensarían que es un borracho, cabal y heroico era el que se metía a torero y en nuestros es tildado de asesino.
El cuerdo tiene miedo del loco, de su impredecibilidad, de su falta de respeto del mundo seguro y normalizado que nos (uso primera persona del plural porque yo desde luego tengo más de cuerdo que de loco) hemos creado, pensando que este hogar de paja que levemente se mantiene en pie vencerá al huracán que es la vida.
El creador, el artista o el científico (porque no pueden ser sinónimos) debe adentrarse en el país de lo inesperado para secuestrar una idea y amoldarla a los estándares cuerdos en los que existimos para que pueda ser aceptada, todo aquel que lo haga con sinceridad merece mi reconocimiento. La originalidad y la locura siempre van de la mano, si nadie sobrepasase los límites de la sensatez viviríamos en una eterna circunferencia de conformismo.
Brausen recomienda el parque del Capricho, sito en la Villa y Corte, una verdadera joyita escondida en este nudo gordiano que llamamos Madrid.
Hace un tiempo que me terminé Lecciones de Ilusión de Pablo D'Ors , libro que para digerirlo en su entereza merece ser vuelto a leer, y no me terminaba de decidir por uno de los muchos temas que se tocan en la obra, todos con enjundia. Tras sopesarlo creo que me decantaré por el que da título a esta entrada y es el hilo conductor de la novela de D'Ors.
Para que una persona sea original en cualquier ámbito debe pisar caminos nunca hollados hasta ese momento, explorar sendas oscuras e inciertas, olvidarse de convenciones académicas y normas sociales, avanzando en pos de una idea, que puede que se le haya metido en la cabeza a traición, coqueteando con la locura y citándose con ella a cada momento.
Los cuerdos actúan siempre de acuerdo a lo preconcebido, no cabiendo en ellos más que un comportamiento predecible, llevando una vida madura y plena exenta de sobre saltos.
¿Pero quien es el loco y quien el cuerdo?
Las normas (sociales, académicas, artísticas o de cualquier tipo) a las que atenerse cambian a cada momento, no hace más de cien años (e incluso menos) lo intachable era casarse sin llegar al cuarto de siglo cumplido, ahora se llama loco al que simplemente contrae matrimonio; sensato era el profesor que pensaba que el sol era el centro del universo mientras actualmente todos pensarían que es un borracho, cabal y heroico era el que se metía a torero y en nuestros es tildado de asesino.
El cuerdo tiene miedo del loco, de su impredecibilidad, de su falta de respeto del mundo seguro y normalizado que nos (uso primera persona del plural porque yo desde luego tengo más de cuerdo que de loco) hemos creado, pensando que este hogar de paja que levemente se mantiene en pie vencerá al huracán que es la vida.
El creador, el artista o el científico (porque no pueden ser sinónimos) debe adentrarse en el país de lo inesperado para secuestrar una idea y amoldarla a los estándares cuerdos en los que existimos para que pueda ser aceptada, todo aquel que lo haga con sinceridad merece mi reconocimiento. La originalidad y la locura siempre van de la mano, si nadie sobrepasase los límites de la sensatez viviríamos en una eterna circunferencia de conformismo.
Brausen recomienda el parque del Capricho, sito en la Villa y Corte, una verdadera joyita escondida en este nudo gordiano que llamamos Madrid.
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