lunes, 29 de septiembre de 2008

Velocidad

Brausen piensa que está enfermando por momentos, su maltrecha garganta está irritada, pero él se niega a guardar la cama que el galeno le prescribe.

"Decíamos ayer" que la velocidad es la principal causante de que las altivas formas vaguen sin sentido por este mundo que habitamos.
Somos hijos de una época en la cual se prima el cambio sobre ninguna otra cosa, cambio que no progreso, ya que no toda variación significa una mejora como nos lleva a crear la inercia que nos empuja sin cesar. Quizás eso pueda ser cierto en el campo técnico, nadie compraría un ordenador que fuese peor que el anterior, pero quien sabe si no estamos abrazado una manera de vivir (¿debiera escribir sobrevivir?) más perniciosa que la anterior. Esto es imposible de saber, nadie puede siquiera atisbar cuan feliz se era una persona media (he aquí el milagro de la estadística) hace un siglo y que cuota en la escala de la dicha somos capaces de alcanzar ahora.
Lo que está meridianamente claro es que se sobrevalora el cambio: grupos de música, escritores, ideas, juventud; aunque en muchos casos solo reeditan ideas olvidadas momentaneamente por el público; ¿Cuantos renacimientos del rock llevamos ya?.
Para crear un fondo a la sombra de una forma son necesarios dos ingredientes tan fundamentales como escasos: tiempo y constancia, que quizás sean mucho más sinónimos de lo que imaginamos a primera lectura.
En general preferimos especular (termino el cual creo que me llevará si nadie lo remedia a mi próximo articulo) lo máximo posible con nuestra forma y alcanzar lo mayor vistosidad con la mínima inversión.


Pero..., ¡Para!



¡Piensa!


¡Reflexiona!


¡Respira hondo! No quieras acabar tan rápido esta entrada.





Predica con el ejemplo.








Cuando te dejas cautivar por una forma y le dedicas el suficiente tiempo, verás que no hay fondo detrás, único capaz de resistir a las manecillas del reloj creando más y más interés a otras almas (iba a escribir profundas, pero esta claro que un alma ha de serlo por definición) y provocando que las formas plagien el estilo de ese interesante fondo.
La vida es demasiado veloz para que nosotros la aceleremos más fijándonos solo en modas y abandonado la esencia a su suerte.

Brausencito ha descubierto que detrás de un grupo hay más fondo del que el intuía, otra vez la causalidad le ha sido propicia y un presente que pensaba sufrir como acompañante se ha convertido en un regalo para él mismo. El enfermo genio os recomienda: Infadels y todo su segundo disco entero: Universe in reverse.

1 comentario:

narradora de bolsillo dijo...

El término constancia lleva implícito el tiempo.
La combinación de fondo y forma (esta última no tiene porqué ser vistosa) que sobrevive al tiempo y no se deja arrastrar por la inercia, debería ser tratada como algo valioso, como pieza de museo.