lunes, 17 de diciembre de 2012

California 83 - Pepe Colubi

Lo que me hizo decidirme a comprar esta novela fueron las columnas semanales sobre la caja tonta de Pepe Colubi en el Jueves, sus opiniones  y estilo me hicieron darle una oportunidad de la cual no estoy para nada arrepentido.

Una aventura como cruzar el charco en el año ochenta y tres bien merece una novela, y más aún cuando pasas de Asturias a California y no tienes ni diecisiete años. Esto es lo que le sucede a Pepe, abandona su terruño natal y acaba en Carpet Drive en uno de sus chalets que abundan tanto en los telefilmes americanos que todos hemos consumido. 

Al bueno de Pepe/Pipi/Joe le pasan un buen número de acontecimientos en las tierras californianas que bien merecen ser narrados, las diferencias entre una España que se trataba de sacudir los restos de la dictadura y un Estados que gobernaba un actor de Hollywood: Ronald Regan, se podía comparar a la diferencia de altura entre Torrebruno y Romay. Pepe podía conducir pero en cambio, no le estaba permitido beber cerveza, cosa que en nuestra amante patria era de lo más común del mundo con dieciséis años.

Son innumerables los momentos hilarantes del que está nutrido el libro de Colubi, especialmente graciosos me parecen: cuando el protagonista de la obra trata de conquistar a Tina, la clásica niña buena americana que antes de salir con ella le hace conocer a su padre, y Pepe, acaba borracho y felado por una amiga de ella. El otro instante, con el cual me siento totalmente identificado, es cuando en medio de un partido de soccer, escucha blasfemar en un correcto castellano a un rival, y ante la respuesta afirmativa del adversario a la pregunta de si es español, acaban unidos en un fuerte abrazo.

Lo que hace a esta novela más que un simple recopilatorio de gags es el toque de misterio que introduce Colubi en la casa de los Johnsons, con su padre desaparecido y sobre todo la nostalgia que desprende cada línea, esa tristeza por aquello que sabemos que nunca volverá. Janine es el símbolo de todo ello, la amiga que tiene pareja, pero que hace latir el corazón de Pipi con fuerza, por la que llora cuando despega el avión que le trae de vuelta a la realidad, cuando el sueño americano acaba para él.



lunes, 10 de diciembre de 2012

Octubre, octubre - José Luis Sampedro

Es la primera vez que escribo de un libro que no me ha terminado de convencer, espero ser suficientemente justo con todo lo bueno, que no es poco, que contiene esta obra.

Octubre, octubre habla del retorno, de las segundas oportunidades y del cambio. En un Madrid que varía de los sesenta a los setenta, dependiendo de que personaje tome la palabra en ese momento, acoge la vuelta de dos exiliados de la guerra civil, que regresan a su barrio después de muchos años de exilio. Un exilio que no es sólo externo sino también interno, tanto Luis como Miguel han vivido poderosas experiencias que les dejan cicatrizada el alma.

Luis ira encontrando su sexualidad, cada paso que da en su relación con Agueda/Agata le hace darse cuenta de lo que realmente quiere o esencialmente desea, es un viaje terrible y maravilloso a un tiempo, en el cual será acompañado por su alter ego en la novela: Agueda, ella será la sombra de la luz de Luis o quizás sea a la inversa, ella será la luna de la marea de Luis, ya que ambos se atribuyen ser la causa del cambio que  sufre el otro.

El camino de Miguel es distinto, aunque aparecen varias mujeres en sus escritos, su avance se centra en la felicidad y el orientalismo, una síntesis de su sapiencia aparece en Octubre, octubre,  vamos viendo como poco a poco va descubriendo su espacio, incluyendo su almendro ardiendo particular.

La obra de Sampedro aparecerán muchos más personajes, agrupados en los capítulos de Quartel de Palacio, aquí se desarrollan las historias más mundanas, de amor, de deseo, lucha política y amistad de todo tipo y clase. Mi favorita de todo este batiburrillo de personajes es: Doña Flora, Sampedro dibuja, como el sólo sabe hacerlo, a una mujer que sabe disfrutar de la vida, que a pesar de haberla sufrido es aún capaz de sentirla y emocionarse con ella.

Los puntos  negativos de esta novela, en mi humilde opinión: a veces el lenguaje que usa Sampedro se hace alambicado, meloso y pedante, adjetivo que me da paso para enumerar su segundo fallo: exceso de información, erudición y pedantería en las partes en que toman la palabra Luis y Miguel.

Espero vuestras opiniones para limar la mía.