Hablar de Pessoa es hablar de miles de escritores en uno, de una variedad sin limites, de un universo en una sola persona (todos tenemos ese cosmos dentro de nosotros pero pocos se atreven a sacarlo). Sus heterónimos hablan por él, con él y a través de él.
Mucha parte de su obra son fragmentos, maravillosas reflexiones, retales y pinceladas escritas en su amada Lisboa. Los estudiosos se rompen la cabeza tratando de encajar los fragmentos afines, tratando de organizar una obra consolidada y pétrea, que posiblemente Pessoa no quiso crear o le faltó tenacidad para consolidar.
Yo me voy a centrar en un pequeño cuento que acabó y cerró con suma maestría. El banquero anarquista es una muestra de como funcionaba el cerebro de Pessoa, razonando, hilando y machacando con su lógica un argumento tras otro.
En el relato explica como un anarquista convencido llega a convertirse en banquero sin renunciar,supuestamente, a sus principios. La base de todo el argumentario es esta definición de anarquismo: "¿Qué quiere el anarquista? La libertad- la libertad para sí y para los otros, para la humanidad entera. Quiere estar libre de la influencia o de la presión de las ficciones sociales; quiere ser libre tal cual nació y apareció en el mundo." A partir de esta base, justifica las diferencias entre los hombres ya que unos nacen altos y otros bajos, y eso es lo natural. Para luchar contra las ficciones sociales, termino que usa en toda la obra, se une a un sindicato, pero con el paso del tiempo se da cuenta que dentro de la misma organización anarquista se producen casos en los que unos mandaban sobre otros, se creaban lideres y subordinados. "Tiranía" usando las palabras expresados por el banquero anarquista. Le asaltaba esta duda: "Y ahora dígame si a través de ese cargamento de tiranías entrecruzadas entrevé usted alguna sociedad futura que se parezca a una sociedad libre".
Para evitar este problema el protagonista decide trabajar aislado en pro de una sociedad sin ficciones sociales. En solitario evitaría subjuzgar a los otros en su lucha común. Se le presentaban varias posibilidades para contribuir a la causa anarquista: propaganda, distribuyendo sus ideas, acción directa, matando a algún miembro destacado de la sociedad o librándose del mayor opresor de la sociedad: el dinero. Así es como se hizo banquero, porque una vez superada la traba de los ingresos, él sería libre y cumplía el objetivo ácrata.
Por supuesto que a este razonamiento se pueden poner muchos argumentos de peso en su contra, pero Pessoa es un literato no un politólogo.
Recomiendo humildemente su lectura como primer paso para acercarse al magnífico monumento de miles de caras que es la obra Pessoana.
sábado, 30 de octubre de 2010
domingo, 3 de octubre de 2010
Manuel García Rubio, Sal
Los personajes de esta novela son grandes terrones de sal. Compactos e impresionantes en un principio, vulnerables al agua al fin y al cabo.
Manuel García Rubio es el escritor de Sal y nos hace seguir las peripecias de Urbano por la vida, un aspirante a guionista que durante toda la trama de libro trata de terminar su supuesta obra maestra: "Florecerán las barbas apostólicas". Tras él aparecen su hermano Selmo, y su amigo Tino. Las aventuras que le suceden a los tres hacen a la novela amena e hilarantes por momentos. Por poner un ejemplos: Selmo monta un negocio de charlas, queda con su clientes con el único objeto de dialogar sobre el tema que desee su interlocutor por espacio de una hora y bajo pago del estipendio acordado. Selmo triunfa y yo estoy tentado estoy de llevar la idea a la realidad, sino es que alguien ya lo ha hecho con anterioridad.
El personaje que más me llamó la atención es Julian Avellaneda, un ricachón octogenario que ve el suceder de los acontecimientos desde su promontorio de experiencia y sapiencia. El autor a veces le otorga el papel de deus ex machina. Será usando a este personaje como Manuel García proclama el tema intimo y aglutinador del libro. El capitulo 33 es un articulo lamado Delicuescencia y fimado por Julian Avellaneda. Aquí os dejo dos citas que creo que son suficientemente ilustrativas: "Ni siquiera nos importa nuestra identidad, tan solo aguardamos a que se nos asigne algún cometido con el que entretener el paso del tiempo".
"A medida que pasa el tiempo, nuestra biografía va pareciéndose menos a una narración del yo y más a un muestrario del esto: hemos pasado de la vida como una epopeya heroica de autoafirmación a la existencia como colección banal de estampas".
Eso exactamente es lo que hacen los personajes centrales del libro, cambiar cromos, añadir retazos a un lienzo en blanco, sin dibujo, sin coherencia. Terrones humanoides de sal que se van diluyendo poco a poco con el contacto del agua, del oceano, del mar, que no es otra cosa que la vida.
El libro tiene muchos matices e historias secundarias que serían dignas de rescatar, cada cual sacará a la luz lo que más le llame la atención. Yo sólo recomiendo su lectura y su posterior reflexión.
Manuel García Rubio es el escritor de Sal y nos hace seguir las peripecias de Urbano por la vida, un aspirante a guionista que durante toda la trama de libro trata de terminar su supuesta obra maestra: "Florecerán las barbas apostólicas". Tras él aparecen su hermano Selmo, y su amigo Tino. Las aventuras que le suceden a los tres hacen a la novela amena e hilarantes por momentos. Por poner un ejemplos: Selmo monta un negocio de charlas, queda con su clientes con el único objeto de dialogar sobre el tema que desee su interlocutor por espacio de una hora y bajo pago del estipendio acordado. Selmo triunfa y yo estoy tentado estoy de llevar la idea a la realidad, sino es que alguien ya lo ha hecho con anterioridad.
El personaje que más me llamó la atención es Julian Avellaneda, un ricachón octogenario que ve el suceder de los acontecimientos desde su promontorio de experiencia y sapiencia. El autor a veces le otorga el papel de deus ex machina. Será usando a este personaje como Manuel García proclama el tema intimo y aglutinador del libro. El capitulo 33 es un articulo lamado Delicuescencia y fimado por Julian Avellaneda. Aquí os dejo dos citas que creo que son suficientemente ilustrativas: "Ni siquiera nos importa nuestra identidad, tan solo aguardamos a que se nos asigne algún cometido con el que entretener el paso del tiempo".
"A medida que pasa el tiempo, nuestra biografía va pareciéndose menos a una narración del yo y más a un muestrario del esto: hemos pasado de la vida como una epopeya heroica de autoafirmación a la existencia como colección banal de estampas".
Eso exactamente es lo que hacen los personajes centrales del libro, cambiar cromos, añadir retazos a un lienzo en blanco, sin dibujo, sin coherencia. Terrones humanoides de sal que se van diluyendo poco a poco con el contacto del agua, del oceano, del mar, que no es otra cosa que la vida.
El libro tiene muchos matices e historias secundarias que serían dignas de rescatar, cada cual sacará a la luz lo que más le llame la atención. Yo sólo recomiendo su lectura y su posterior reflexión.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)