sábado, 15 de noviembre de 2014

Jesucristo bebía cerveza - Alfonso Cruz


Los que estamos perdidos en el diluvio, flotando sin impulso en el mar de los otros, movidos por golpes de corriente ni queridos ni deseados, a veces, juntando toda la fuerza que somos capaces de reunir, nos aferramos a una boya, porque nos va la vida en ello, y tratamos de resistir ligando nuestro destino al suyo, habitualmente, esta desesperación hace que ambos nos hundamos sin remedio. 

Rosa vive en una aldea perdida del Alentejo, región de Portugal, cuidando de su abuela, cuyo mayor deseo es visitar Jerusalén antes de morir. El profesor Borja, a sus sesenta años, se dedica a hacer pintadas en un impoluto muro blanco con citas de  Diógenes de Enoanda, ambos se bambolean en la riada del diluvio, chocándose, pensándose que cada uno es su salvavidas, equivocándose ambos.

Rosa tiene un físico que hace a los hombres seguirla con la mirada y devora con devoción un librito del oeste llamado: La muerte no oye al pianista. Borja, tiene a la soledad como amiga y un fracaso como herencia sentimental. Su encuentro es una casualidad, ¿Cómo no?, el Profesor se encuentra con nieta y abuela cuando atropella a un jabalí y queda prendado en el momento de la velluda belleza de Rosa.

Aquí es donde Borja cree encontrar su isla perdida en el océano de la vida, volcará toda su voluntad en hacer real el sueño de la abuela, tratará de transformar esa pequeña aldea del Alentejo en Jerusalén, una tarea que le llenará de vida y vigor, ilusión y amor, vomitando en ella una ilusión acumulada en preciosos años de ahorro.

Lo más interesante del libro es que Alfonso Cruz deja abierto el debate sobre qué o quién es lo que impulsa a Rosa a moverse: ¿el amor a Borja o la adoración a Harold Estafania, protagonista de La muerte no oye al pianista? ¿Renunciar a un amor terrenal para dar vida a un amor eterno? Rosa con su inesperada acción creará un mito, una leyenda en el Alentejo. 

Para algunas personas, su devenir caótico diario tiene explicación y solución en la eternidad.

Gran libro, magníficamente escrito, lleno de pequeñas reflexiones que grandes significados: "Uno grita cuando está solo, piensa. Cuando hay otras personas dispuestas a escucharnos no nos hace falta gritar". Que como esta dan para ración y media de pensamiento.


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