martes, 24 de junio de 2008

Lanzarote

Brausen ha vuelto revitalizado de Lanzarote, los fuertes vientos y la mejor compañía han hecho que florezca en él una renacida energía. Cierto es que ha tenido que amoldar el aspecto de lobo de mar que lucio en la isla por uno más propio de su condición de chupatintas honorable, pero promete volver a ser ese marino indomable que fue unos días en cuanto le sea posible.

Hay miradas que ven cosas distintas a las comunes, donde una persona normal solo distingue: cenizas, polvo y destrucción otro puede encontrar un paisaje único e irrepetible en su esplendor. Quizás para ello solo haya que dar libertad a los sentidos dejando que las sensaciones,derriben los cortafuegos de los estereotipos, destrocen los clichés sociales vigentes y aplasten los comportamientos aprendidos que tan cómodos nos son.
Cesar Manrique lo hizo, miró a su isla (nació en Lanzarote) con unos ojos que otros no habían usado hasta ese momento y comprendió que no pisaba tierra muerta, como muchos pensaban, sino tierra recién nacida, tan viva que el fuego creador le sigue ardiendo por dentro como en pocos lugares de este planeta. Puede que lo más importante de su obra fuese hacer ver a los lanzaroteños esa belleza que se resistian a admitir, que no pensasen que eran desafortunados por llevar ceniza volcánica pegada en sus sandalias sino todo lo contrario, que las grietas que se abren en la piel insular son tan bellas como las que pueda provocar una sonrisa en el rostro de un abuelo al ver jugar a su nieto. Solo hay que saber mirar sin velos en los ojos, tan sencillo y difícil como eso.
Usando elementos propios de Lanzarote: piedra negra, cactos, el blanco de sus pueblos, creó pequeñas construcciones que sin romper el entorno en donde están enclavadas, permiten observar, sin prisas, paisajes únicos e irrepetibles. Les dio una forma de vida y un motivo para estar orgullosos: dos cosas más que necesarias para poder vivir dignamente.

Brausen recomienda (incluido a él mismo) mirar todo sin el velo de la costumbre y el corsé social que tan fuerte nos atenaza, rasgarlo y explotarlo respectivamente para poder volar libres por la belleza que silenciosamente nos rodea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tienes espíritu de artista, deberías estrenar el regalo de reyes

narradora de bolsillo dijo...

Seguiré tu recomendación para descubrir Segovia tal y como tú has descurbierto Lanzarote.
Es muy gratificante ver lo que los demás no ven, aunque te llamen raro/a.

Anónimo dijo...

Álgunos nos hemos quitado ya el velo o quizá ya nos lo hemos vuelto a poner.. pero tu no lo olvides junto con el colchón ;)