martes, 6 de noviembre de 2012

El precio de la desigualdad - Josep E. Stiglitz


Un libro como este da para hablar o comentar, en sus más de trescientas cincuenta páginas se encuentran gran número de tesis soportadas por una tremenda batería de datos. Sólo con las hojas con las notas al pies de página (agrupadas todas al final del libro) superaríamos el tamaño de una nóvela corta, ciento veinte páginas.

Está claro que Stiglitz quiere rebatir con contundencia muchas de las tesis de los liberales, crear, como dijo Krugman un ambiente propicio para el cambio en la política económica de su país: Estados Unidos y demostrar que la crisis financiera, la Gran Recesión como él la llama, tiene sus causas en la desigualdad  que existe, y lo que es más lamentable, se ha acrecentado y se acrecienta en los tiempos que vivimos.

Me es imposible analizar todo lo que el premio Nobel ha dejado escrito en su obra, pero tocaré tres temas especialmente importantes a mi juicio:

1) La busqueda de rentas: La tesis de Stiglitz es muy simple, es más fácil tratar de influir en el gobierno para conseguir un monopolio, una subvención o una desregularización beneficiosa para los intereses empresariales, que intentar crear valor para la sociedad con innovaciones o patentes. El ejemplo más duro para el autor es el siguiente: "Pero la forma más de búsqueda de rentas más atroz - y que se ha perfeccionado muchísimo en los últimos años - ha sido la capacidad de los responsables del sector financiero de aprovecharse de los pobres y de la gente desinformada, ya que han ganado ingentes sumas de dinero depredando a esos grupos con créditos usurarios y prácticas abusivas con las tarjetas de crédito". No sólo en los últimos años, se ha usado el recurso de presión (cambiemos esa palabra por corrupción en muchos casos) al gobierno sino que se ha atacado a la base de la pirámide para que su cúspide acaparé aún más fondos. En España el problema de las tarjetas de crédito es menor (aunque existe) que en Estados Unidos, pero muchos de nosotros hemos firmado una hipoteca que nos perseguirá incluso, si entregamos las llaves de la casa al banco o conocemos a un pensionista que invirtió sus ahorros en participaciones preferentes de alguna caja.

2) Falta de movimiento interclases: Una de las cosas por las que más orgullo siente los norteamericanos es por la posibilidad de que un botones sea un rico empresario en un periodo relativamente corto de tiempo. Stiglitz nos confirma que esto es cada vez menos probable. Los estudiantes norteamericanos sin unos padres con las espaldas bien cubiertas tienen que pedir créditos para acceder a la universidad. La cuantía de estos préstamos es elevada y las entidades financieras consiguieron una modificación en ley que iba en su provecho: ante una situación de quiebra personal los bancos puedan seguir reclamando estos fondos al estudiante, de por vida. Esto desincentiva a muchos jóvenes sin recursos familiares el cursar estudios de grado superior.
Como la mayoría de las universidades son entidades con ánimo de lucro no tienen interés alguno por aceptar estudiantes brillantes pero pobres, para ellas, es mejor tener estudiantes que sean buenos pagadores. Por lo tanto, la casta dominante tiene más posibilidades de continuar arriba ya que puede permitirse una educación de primera, si a todo ello, le añadimos que se ha eliminado el impuesto de sucesiones, la probabilidad de crear una dinastía reinante en lo económico es enorme.

3) La austeridad: El tercer punto de este pequeño resumen es el más cercano a España, en Estados Unidos la lucha es encarnizada por la cuestión del déficit, se quiere reducir la diferencia entre lo que gasta el gobierno y lo que se ingresa, recortando ciertas partidas cargadas de un innegable carácter social como el Medicare. Dejaré hablar a Stiglitz con este párrafo para ver cual es el problema inherente de la austeridad: "Otra forma de considerar los méritos de la austeridad es echando un vistazo a la historia. La historia demuestra que la austeridad casi nunca da resultado, y la teoría explica por qué no debería sorprendernos. Las recesiones las provoca la falta de demanda - la demanda total es menor de lo que la economía es capaz de producir-. Cuando el gobiernos recorta el gasto, la demanda se reduce aún más y aumenta el desempleo."

Serían innumerables los puntos que podría sacar de este libro, pero es mucho mejor que lo leáis. Stiglitz, un economista, que aboga por medidas centradas el bien común, que no sólo harán mejorar la situación de la mayoría sino que harán que la Economía vuelva a marchar y sea más estable, sin estar sujeta a los vaivenes del 1% que controla el 99% de la renta.





1 comentario:

reinasinespejo dijo...

Aún tengo pendiente el de Krugman, pero éste pinta muy bien. Estamos de enhorabuena tus lectores porque siempre aprendemos algo.