sábado, 4 de agosto de 2007

La balsa de la Medusa (El cuadro)

Théodore Géricault se enamoró fatalmente de la esposa de su tío, llegando a tener con ella un bebé. Hijo de una familia acomodada francesa, tal escandalo no se podía permitir en la restaurada sociedad borbónica. Su "tía" es expulsada a vivir en el campo mientras que el niño, fruto de sus relaciones, es entregado en adopción sin otorgarle un nombre.

Géricault, desesperado, perdido, se encierra en su estudio y allí recibe la noticia del naufragio de la fragata Medusa y la dantesca peripecia de su balsa. Vuelca todos sus esfuerzos en expresar la desazón interna que siente sobre los hambrientos náufragos de su cuadro.

Crea una maqueta de la balsa, se entrevista con los supervivientes e incluso recibe permiso para llevar a su estudio el cuerpo de los ahorcados y así comprobar como se van descomponiendo. Dieciocho meses de trabajo continuo para crear un cuadro que rompe con la estética de la época, totalmente neoclásica siguiendo los cánones de Delacroix, mostrando unos personajes expresivos, vivos, sufrientes hasta el límite de la razón humana.

Presenta la obra en 1819, consiguiendo el primer premio del Salón de París (el estado francés no compra la obra), pero él sigue sin encontrar sosiego. Son varios los intentos de suicidio y al final muere en 1824, a los treinta y dos años de edad, víctima de un accidente de equitación.

Un alma atormentada que busca consuelo en otras almas atormentadas, una pasión que fue capada y que él trato de volcar en la pintura, pero Jung (y yo con él) dice que no se puede elegir el objeto sobre el que vuelcas tu interés, el amor, el odio, las vísceras de las que nos alimentamos y nos hacen sentir. Todo esto viene dado, por algún oscuro mecanismo químico que late en nuestro ADN y con la chispa adecuada incendia nuestro ser. Géricault se quemó de amor por quien no debía, o al menos los convencionalismos de la época le decían que no era correcto. No fue capaz de luchar por el/ella (el amor/su amada) y toda su vida se lamentó, farfullo y creó dentro de si mismo un cancer que le destrozó.

Grandes pasiones dan lugar a grandes obras, cuando uno siente esa comezón en la boca del estomago, hace lo que sea por quitársela, ya sea amar, pintar, escribir o morir, Géricault pintó y murió para dejar de sentirla, ya que nadie le rescató de la Balsa en la que vivió.


1 comentario:

MAKYavelika dijo...

Creo que ya alguna vez le dije que "si se desea encontrar algo hay que dejar de buscarlo", claro ejemplo objetivo es cuando uno pierde las llaves. Ainss amor,maldito cuento que nos venden desde la cuna, cuan fácil sería la vida sin él...