Es curioso como funciona la memoria, a veces se despiertan recuerdos que han permanecido escondidos cierto tiempo. A mí me ha pasado ésto con Las ratas, lo leí hace un año y el otro día me surgió la necesidad de escribir sobre él sin razón, consciente, aparente.
El autor es de sobra conocido, uno de los más importantes en legua castellana del siglo XX: Miguel Delibes.
La obra se desarrolla en algún punto cercano a Torrecillórigo, que es la cabeza de partido de la comarca donde vive el Nini con su padre el tío Ratero. Como su propio nombre indica, se dedican a la caza de ratas que venden a los habitantes del pueblo por docenas, su hogar es una cueva y su mayor problema la naciente competencia en la caza de los roedores.
Nini es un compendio de sabiduría popular, conoce cuando sembrar, que cazar o cuanto podar guiándose por las tradiciones ancestrales que se aprenden de boca a oido. Es como un niño sabio que representa todo el conocimiento que rezuman los pueblos de castilla y que en las grandes ciudades actuales ignoramos e incluso menospreciamos.
Se relata con somera precisión la vida del pueblo y sus viejas historias, que flotan en el aire alimentando nuevos odios y reabriendo heridas que nunca se curan del todo. A ésto hay que añadirle la época, novela escrita en 1962, es más que probable que relate hechos sucedidos en la década de los cincuenta, cuando el franquismo tenía un poder casi omnímodo en el corazón de Castilla y las secuelas de la Guerra Civil ni habían comenzado a secarse.
El estilo de Delibes es fácil y adaptado al entorno en donde sitúa su obra, usa muchas veces el santo del día para situar el espacio temporal de la acción y el lenguaje de cada personaje corresponde a sus características biográficas. Un claro ejemplo es el tío Ratero, lacónico y parco en palabras como casa a su hechura.
Totalmente recomendable su lectura, su no muy larga duración puede provocar al lector que se acabe el libro en una o dos tacadas.
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