martes, 21 de febrero de 2012

Purga - Sofi Oksanen

Hay personas y naciones que parecen destinadas al sufrimiento, nacen estrelladas y cuando al fin parecen sacar la cabeza y respirar, alguien corre y con saña les pisa para que se vuelvan a hundir a lo más hondo de las tinieblas.

Este es el caso de Estonia y de algunos de los personajes que aparecen en Purga, escrito por Sofi Oksanen.
La autora sitúa el tiempo de la acción en el periodo comprendido entre 1939 y 1992. Durante estos años Estonia pasa de ser un país libre a ser invadida primero por la URSS, luego por Alemania Nazi, volver a ser una república soviética por la fuerza, para acabar su circulo donde lo empezó: siendo un estado independiente. Con estos vaivenes  políticos, y de tal índole, es fácil imaginar el porque del título. Muchos estonios usaron estos cambios de gobierno para prosperar denunciando a su vecino, acusándole de colaborar con los alemanes o con los rusos, dependiendo del momento.

Hay dos personajes centrales en el libro: Zara, es la protagonista del tiempo "presente", su forma de ser es clara, podría ser considerada casi como un símbolo de la Estonia que volvía a la libertad al comienzo de los noventa, fascinada por el poderío occidental, su despilfarro consumista y su mitificado abanico de oportunidades para todos. Llevada por el optimismo y la ilusión no veía el reverso de esas virtudes, las cloacas rezumantes que cobijan el dorado envoltorio del capitalismo. Su inocencia es tan proverbial como terribles serán sus consecuencias.

El otro gran personaje protagonista de todo el libro (tiempos: pasado y presente) es Aliide. La palabra que le podría definir es gris. Gris como la sobra de su hermana mayor que la cubre toda la vida, gris como el cielo de Estonia en invierno, gris como su vida anodina cuando enviuda, gris como el uniforme de los ejércitos que conquistan su país y gris como la envidia que la carcome.

En cierto punto de la novela se dice que Aliide: "Quería dormir tranquila por las noches. Quería caminar tranquila en la oscuridad y pedalear en su bicicleta la luz de la luna, cruzar el campo andando tras la puesta del sol y despertar por la mañana en una casa donde ella y Talvi no hubiesen ardido mientras dormían." Algo que muchas personas comparten, pero no todas están dispuestas a pagar el mismo precio para conseguirlo

Pero  Sofi Oksanen no hace de Aliide un personaje plano, son muchas las aristas que tiene en su carácter, algunas nobles y otras repudiables, pero todos coherentes y explicables tendiendo una paralela a la historia del país en que le tocó nacer: Estonia.

Una obra dura pero más que recomendable

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