El nombre de Philip K. Dick está unido a la
ciencia ficción, Blade Runner hunde sus cimientos en la novela: "¿Sueñan
los androides con ovejas eléctricas?" y Ubik es considerada la fuente de
inspiración de Matrix o Minority Report.
El argumento de la obra, escrita en 1969, se basa
en un futuro 1992 que para nosotros ya es pasado. Las puertas reclaman dinero
para abrirse, los periódicos se imprimen al instante al gusto del lector y
existen diversas empresas psíquicas que ofrecen sus servicios, ya sea para
conocer el futuro, gracias a los precognictivos, para manipular la mente, usando
telépatas o para todo lo contrario, evitar que estos artistas de la mente
tengan resultados, poniéndoles en contacto con otros seres humanos que tienen
la habilidad de anular sus dones.
Esa es la misión de Runciter Asociados, controlar
los efectos de los esbirros de Raymond Hollis. Para el señor Runciter,
presidente de la firma homónima, trabaja Joe Chip, protagonista de la novela.
Joe es un tipo desordenado que siempre anda escaso de dinero, pero que es el
mejor midiendo campos psíquicos. Comandará una misión a la Luna, desde la cual
nada será igual para él.
Phil K. Dick juega con el equivoco de dos mundos
paralelos, el de los vivos y el de los semivivos, personas clínicamente muertas
pero con actividad cerebral, la pregunta que nos asaltará a cada instante será
¿Cúal es el mundo verdadero? ¿Quien está vivo, quien semivivo y quien muerto?
Es un artificio, que muchos autores ya han usado, como, por ejemplo Calderón de
la Barca en su Vida es sueño; pero que nos sigue creando la misma incertidumbre;
pensar que lo que vivimos son solo sombras y la realidad está más allá, un sol
escondido que solo conocemos por el brillo de su luna.
Un interesante libro que se lee con facilidad y
con un fondo más denso del que puede parecer a primera vista.