miércoles, 31 de octubre de 2012

Ubik - Philip K. Dick


El nombre de Philip K. Dick está unido a la ciencia ficción, Blade Runner hunde sus cimientos en la novela: "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" y Ubik es considerada la fuente de inspiración de Matrix o Minority Report.

El argumento de la obra, escrita en 1969, se basa en un futuro 1992 que para nosotros ya es pasado. Las puertas reclaman dinero para abrirse, los periódicos se imprimen al instante al gusto del lector y existen diversas empresas psíquicas que ofrecen sus servicios, ya sea para conocer el futuro, gracias a los precognictivos, para manipular la mente, usando telépatas o para todo lo contrario, evitar que estos artistas de la mente tengan resultados, poniéndoles en contacto con otros seres humanos que tienen la habilidad de anular sus dones.

Esa es la misión de Runciter Asociados, controlar los efectos de los esbirros de Raymond Hollis. Para el señor Runciter, presidente de la firma homónima, trabaja Joe Chip, protagonista de la novela. Joe es un tipo desordenado que siempre anda escaso de dinero, pero que es el mejor midiendo campos psíquicos. Comandará una misión a la Luna, desde la cual nada será igual para él.

Phil K. Dick juega con el equivoco de dos mundos paralelos, el de los vivos y el de los semivivos, personas clínicamente muertas pero con actividad cerebral, la pregunta que nos asaltará a cada instante será ¿Cúal es el mundo verdadero? ¿Quien está vivo, quien semivivo y quien muerto? Es un artificio, que muchos autores ya han usado, como, por ejemplo Calderón de la Barca en su Vida es sueño; pero que nos sigue creando la misma incertidumbre; pensar que lo que vivimos son solo sombras y la realidad está más allá, un sol escondido que solo conocemos por el brillo de su luna. 

Un interesante libro que se lee con facilidad y con un fondo más denso del que puede parecer a primera vista.


martes, 23 de octubre de 2012

La delicadeza - David Foenkinos

He de confesar que la razón de haber leído La delicadeza es Audrey Tautou, ella es la protagonista de la versión cinematográfica del mismo, que David Foenkinos, escritor de la novela la codirigido con su hermano. Me encantó el cartel que hicieron para la película, lo podéis ver un poco más abajo en esta entrada, y es portada de la edición del libro que tengo entre mis manos.

El argumento se basa en las relaciones personales de Nathalie: comienza con la historia de amor de terrible final con François, continuará con el acercamiento de su jefe Charles y acabará con el personaje clave del libro: Markus. Foenkinos nos pinta a una Nathalie, bella, inteligente e independiente, un prototipo de mujer ideal de esas que aparecen en canciones, poemas e imaginacionesde los más románticos de los hombres. François y Charles podrían ser los galanes clásicos que pudiesen optar a la imagen de la perfección femenina que encarna Nathalie, es Markus la anomalía de esta nóvela, un personaje complejo, tímido e insignificante a los ojos del resto de sus compañeros de trabajo

Es un chispazo, un beso recibido sin previo aviso, lo que le despierta, lo que le provoca pensar en sus posibilidades, en jugar unas cartas que siempre lleva escondidas en el bolsillo de su chaqueta cerca de su corazón y nunca se atrevía a sacar. Es la forma en que Nathalie, esa pequeña perfección de mujer, se relaciona con Markus, ese gran imperfecto hombre lo que hace la pena leer este libro. Es una promesa de optimismo para todos los que nos hemos sentido pequeños ante la inmensidad de un ser femenino, de un ángel vaporoso, que solo en nuestros más atrevidos sueños nos atrevíamos a hacer corpóreo, se encaprichase en rozarnos con su delicadeza y hacernos sentir etéreo y agonizantes a un tiempo.

Otra nóvela de amor, escrita con gracia, desparpajo, conociendo el pueblo que encierra cualquier oficina de trabajo, y leves reflexiones que hacen que valga la pena leerla.


martes, 16 de octubre de 2012

Las tribulaciones de Wilt - Tom Sharpe

En este blog ya apareció Wilt hace algún tiempo, las carcajadas que me provocó en aquellos días han sido resucitadas con la siguiente entrega de sus aventuras: Las tribulaciones de Wilt.

Nos encontramos con un Henry que, después de sus tira y aflojas con aquella muñeca hinchable, es padre de cuatrillizas y fue ascendido jefe de departamento en el instituto, pero su fondo no ha cambiado y su relación con Eva, su esposa, sigue dejando mucho  que desear
Todo cambiará cuando Eva, en una de las múltiples ideas que tiene, le informe que  llega a casa una estudiante para habitar el, hasta ese momento deshabitado ático: Irmgard Müller

Henry se siente inmediatamente atraído por su germánica inquilina, la considera la musa que Eva nunca fue y deja vagabundear su mente persiguiendo fantasías con Irmgard como protagonista. A partir de este punto el argumento se enreda de tal manera que nos lleva de una situación absurda/hilarante a otra.

Sharpe aprovechará ciertos momentos de pausa en la narración para usar su lacerante pluma contra: ecologistas, terroristas, gente de derecha, de izquieras, policías y militares. No tiene reparos en criticar la falta de mesura o la estupidez de algunas de sus posturas, para muestra dos botones, en el primero el autor describe a dos terroristas: "Todas las complejidades de la vida de las que habían intentado escapar por el fanatismo idiota y asesino del terror parecían haberse asociado de pronto contra ellos". En el segundo, sobre los miembros de una sociedad alternativa que recomendaba al matrimonio Wilt el uso un retrete como generador de metano: "Ya tengo suficientes  problemas con la sociedad tal como es para complicarme la existencia con una sociedad alternativa y, ya que estamos en ello, tiene que haber una alternativa a envenenar la atmósfera con metano y esterizarla con Harpic"

Por ponerle un pero, a veces las situaciones son tan descabelladas que son muy complicadas encontrarlas creíbles, pero si consigues que tu mente trate al libro como lo hace con cualquier telediario, sin cortapisas y dispuesta a creerte cualquier historia que te cuenten, no pararas de reír con el bueno de Wilt.



martes, 9 de octubre de 2012

La liebre con ojos de ámbar - Edmund de Waal

Todos tenemos una herencia, ya sea grabada en el tuétano de nuestros huesos, cincelada en nuestra memoria o conservada en algunos objetos legados de generación en generación. Las dos primeras son las importantes, las que marcan lo que decidimos no ser y lo que podemos soñar, la otra es circunstancial, aleatoria, tan frágil como la menoría a la que trata de aferrarse este libro.

Edmund de Waal se servirá de los objetos para llegar a lo más íntimo, en un viaje a través de la historia de su familia, de sus propias entrañas, para descubrir de donde viene. La excusa para emprender tal trayecto: son unos netsuke que recibe como herencia de su tío. Los netsuke son unas esculturas japonesas en miniatura, realizadas en diversos tipos de materiales. Edmund bucea en el libro por las vicisitudes de su recién adquirido legado y, en ese recorrido, encontrará la herencia oculta (subtitulo del libro) que le dio su familiar.

Las paradas de Edmund son: Paris, Viena, Tokio y Londres y en cada una de ellas camina de la mano (nunca mejor dicho ya que siempre lleva uno encima) de los delicados netsuke descubriendo al ancestro que los poseyó en ese momento. Charles Ephrussi fue el que comenzó la colección, comprándola en un bazar especializado en arte japonés, cuando en Francia se convirtió en moda todo lo procedente del lejano y desconocido oriente. La familia Ephrussi consiguió su fortuna comerciando con grano en Odesa, y a finales del siglo XIX, sus establecimientos financieros controlaban los centros más importante de Europa, por lo tanto Charles podía hacer grandes desembolsos en su mayor pasión: el arte.

Edmund de Waal no es un escritor, es un ceramista, y esta obra es como un juego de café, compuesto de diversas partes pero con una idea común: entender a los poseedores de los Netsuke. Quizás esa es la clave de este libro, el autor no se contenta en ningún momento acumulando datos y más datos de su familia, trata de comprender porque hicieron lo que hicieron, porque decidieron colocar  las miniaturas en un vestidor o en una salita de estar, porque eligieron un fondo con espejos en vez de uno opaco para la vitrina donde los exponían en las fiestas.

Para llegar más lejos en este viaje tan lleno de curvas, el autor no sólo utiliza las cartas y demás escritos que han llegado a el procedente de sus antepasados; lee los libros que dominaban el paisaje en Paris o Viena, a los envidiosos enemigos de la familia Ephrussi, a los demagogos antisemitas que lanzaban diatribas contra ellos y textos históricos para comprender, por ejemplo, en que situación se encontraba Austria después de que su canciller Schuschnigg huyese y se proclamase el Anschluss (anexión de Austria al tercer Reich)

Magnífico libro que nos hace entender un poco más a unas personas en concreto, los  Ephrussi, y con ellos toda una época, tan plagada de luces y de las más terribles sombras



miércoles, 3 de octubre de 2012

El Gabinete de un Aficionado - Georges Perec


Cuando escribes una historia, muchas veces te supera y alcanza unas proporciones las cuales nunca habías pensado que pudiese tener, se crea algo que está casi vivo, que respira cuando inspiras que camina invisible a tu vera cuando das un paso, pero que puede crecer a tu espalda, alimentada por  su propia alma y sin ningún tipo de compasión aplastar tus primeras aspiraciones, ya sea para mal, la mayoría de las veces o para bien, las menos.

Ésta es la razón por la que existe El gabinete de un aficionado de Georges Perec, el autor pensaba incluirla dentro de La vida: Instrucciones de uso (ya comentada en este blog) pero se dio cuenta que el tema que tenía entre manos le daba para una magnífica nóvela corta.

Todo lo mueve un cuadro: El Gabinete de un Aficionado pintado por: Heinrich Kürz. En él aparece Hermann Raffke ante las mejores obras que ha atesorado a lo largo de su vida de coleccionista de arte. La tradición de los gabinetes tiene historia dentro del mundo del arte, pero el detalle que hace a éste distinto al resto es: que el Gabinete de un Aficionado aparece retratado en el propio lienzo, creando, por tanto, un bucle infinito de cuadros que aparecen dentro unos de otros.

Para terminar de rizar el rizo, Hermann Raffke al morir, se hace enterrar de la misma manera en la que aparece retratado en el Gabinete, sentando contemplando sus amadas obras. 

La novela, está llena de matices, de erudición y de juego, un juego tan interesante como espeluznante, el de la verdad y el de la mentira, eliminando esa línea que, al menos yo, creemos que existe y deja que nuestras conciencias descansen tranquilas cuando llega el anochecer. Pero, al fin y al cabo, Perec escribe una obra de ficción que no deja de ser una mentira, desde la primera letra hasta el punto y final, una maravillosa falsedad que nos engancha y nos hace reflexionar sobre los bucles, los fraudes y las bromas.

No me queda más remedio que recomendar y esperar comentarios sobre lo que os sugiere esta pequeña gran obra.