Una oscuridad sedosa envuelve a Brausen, él no se opone, se rinde sin batalla, disfrutando de cada átomo de melancolía que entra por su poros. Siente atracción por la tristeza y se deja arrastrar por ella a una noche de autolamentación. Envuelto en negros ropajes yace en su lecho, pero como en un amanecer a cámara lenta una luz tenue pero creciente nace de su seno deshaciendo a la oscuridad, izando a Brausen. ¡No, no y no! Brausen nunca más se dejará arrastrar.
Palabras: acepciones, significados y sinónimos. Rutinario y cotidiano, la primera negativa la segunda positiva. Y pensando en todo esto (gracias Cande) me acuerdo de Kundera (sinceramente no se exactamente en cual de sus libros, La insoportable levedad del ser o quizás La inmortalidad) que le daba un enfoque fascinante al tema.
Hablaba de los diccionarios particulares, de los nacidos entre dos o más personas. Y para ejemplificarlo no hay nada mejor que poner el caso de dos individuos que se acaban de conocer (por lo cual solo entienden las acepciones habituales de las palabras), interesado el uno en el otro hablan, sonrien y se estudian, cuando surge un tema (un personaje peculiar que conocen los dos, cualquier curiosidad, ...) que les hace reír. Para ellos, ese ser cambiará su significado, dejará de ser un pazguato que sorbe el café junto a ti en el trabajo y se convertirá en algo agradable, en un recuerdo vivo de una noche feliz.
Así poco a poco, sin quererlo, creamos diccionarios particulares, trillones de acepciones nuevas,
nacidas directamente de la vida. Siempre que compartes palabras con una persona esta pasa a ser especial para uno, y cuanto más significados nuevos hay en común con alguien más importante se convierte.
Y como esta noche estoy jodidamente romántico e inusualmente valiente llamaré a este proceso, a su más alto nivel; de reinterpretación de los significados: amor.
Brausen recomienda jugar al negro a la ruleta, aparte de elegante es un color ganador.
lunes, 26 de marzo de 2007
jueves, 22 de marzo de 2007
Lo que el publico desea
Brausen escribe comiendo pipas, con el punto justo de sal, siempre tan Aristotélico en sus elecciones.
Y el público pide más sobre mi jefe y yo, siempre solicito a mis amados lectores, os voy a dar lo que me pedís.
Además me viene de perillas, ya que ayer me comentó que se jubila; que en Junio abandona el barco en el cual hemos estado tres años y pico juntos, ¿quien será ahora mi capitán? Oh capitán, capitán, ¿que va a ser de mí?
Se acaba una época, una institución de mi empresa, treinta y cinco años trabajando en ella, la abandona, habrá un antes y un después. Yo, desde luego le voy a añorar.
Pero estoy aquí para contaros una mini historia sobre mi más querido borrachín, a parte de un indudable amor a la malta, también posee cierto apego por las casas de putas.
Uno de las aficiones que tenía (y no sé si aun tendrá) con sus amigos era (no, no es discutir sobre la teoría Kantiana del conocimiento como os imaginabais la mayoría) irse de putas y sin previo aviso, salir por piernas y el último que se quedaba pagaba la cuenta. ¡Apasionante distracción sin duda!.
En una de estas desenfadadas correrías, a mi jefe no le dio tiempo a ponerse los calzoncillos, y tuvo que salir con el badajo colgando a todo trapo y viento en popa. Acabada la odisea regresó a su Ítaca particular y Penélope (si, hay una santa que le aguanta, increíble pero cierto) le esperaba medio dormida. En esto que la providencia hace que la paciente esposa abra el ojo cuando su marido se baja los pantalones, ella sorprendida por la falta de los abanderado de su amado le inquiere: "¿qué te ha pasado que no traes calzoncillos?" A nuestro Ulises no le tembló el pulso y con inusitada rapidez contestó: "No te vas a creer lo que me ha pasado..., en la cena me he tirado un pedo y como ando un poco sueltecillo..., con el aire se me ha escapado todo y he tenido que tirar los calzones..." Nuestra Penélope quedo totalmente satisfecha con esta explicación y siguió durmiendo el apacible sueño de la inocencia.
Candela (¿nunca te han dicho eso de: "luz de mi camino, guia de mi soledad"?), me parece muy acertada tu idea. Si es cierto lo que dices, las connotaciones distintas de palabras que vienen a significar lo mismo. Me has dado una idea, en cierto libro de Kundera (no recuerdo cual) habla de algo parecido, acerca de los "vocabularios particulares", la próxima entrada versara sobre eso.
Gracias.
Brausen recomienda: Splendid Isolation de Pete Yorn. Cuando Brausen se siente fuerte y pletórico desea muchas veces lo que comenta el bueno de Pete.
Y el público pide más sobre mi jefe y yo, siempre solicito a mis amados lectores, os voy a dar lo que me pedís.
Además me viene de perillas, ya que ayer me comentó que se jubila; que en Junio abandona el barco en el cual hemos estado tres años y pico juntos, ¿quien será ahora mi capitán? Oh capitán, capitán, ¿que va a ser de mí?
Se acaba una época, una institución de mi empresa, treinta y cinco años trabajando en ella, la abandona, habrá un antes y un después. Yo, desde luego le voy a añorar.
Pero estoy aquí para contaros una mini historia sobre mi más querido borrachín, a parte de un indudable amor a la malta, también posee cierto apego por las casas de putas.
Uno de las aficiones que tenía (y no sé si aun tendrá) con sus amigos era (no, no es discutir sobre la teoría Kantiana del conocimiento como os imaginabais la mayoría) irse de putas y sin previo aviso, salir por piernas y el último que se quedaba pagaba la cuenta. ¡Apasionante distracción sin duda!.
En una de estas desenfadadas correrías, a mi jefe no le dio tiempo a ponerse los calzoncillos, y tuvo que salir con el badajo colgando a todo trapo y viento en popa. Acabada la odisea regresó a su Ítaca particular y Penélope (si, hay una santa que le aguanta, increíble pero cierto) le esperaba medio dormida. En esto que la providencia hace que la paciente esposa abra el ojo cuando su marido se baja los pantalones, ella sorprendida por la falta de los abanderado de su amado le inquiere: "¿qué te ha pasado que no traes calzoncillos?" A nuestro Ulises no le tembló el pulso y con inusitada rapidez contestó: "No te vas a creer lo que me ha pasado..., en la cena me he tirado un pedo y como ando un poco sueltecillo..., con el aire se me ha escapado todo y he tenido que tirar los calzones..." Nuestra Penélope quedo totalmente satisfecha con esta explicación y siguió durmiendo el apacible sueño de la inocencia.
Candela (¿nunca te han dicho eso de: "luz de mi camino, guia de mi soledad"?), me parece muy acertada tu idea. Si es cierto lo que dices, las connotaciones distintas de palabras que vienen a significar lo mismo. Me has dado una idea, en cierto libro de Kundera (no recuerdo cual) habla de algo parecido, acerca de los "vocabularios particulares", la próxima entrada versara sobre eso.
Gracias.
Brausen recomienda: Splendid Isolation de Pete Yorn. Cuando Brausen se siente fuerte y pletórico desea muchas veces lo que comenta el bueno de Pete.
lunes, 19 de marzo de 2007
Un café con sabor a rutina
Brausen deja a Gohan en un dilema vital entre el pacifismo y la vida de sus amigos; y se dispone a escribir.
Un mínimo cambio en una rutina establecida durante mucho tiempo puede puede provocar consecuencias desproporcionadas a la leve permuta ocurrida. Ejemplificaré.
Esta mañana en mi trabajo se ha producido ese leve cambio, la antiquísima máquina de café ha sido cambiada por una más moderna. Hemos pasado de un modelo del año 79, y no exagero lo más mínimo, por cuyas cañerías ha debido de pasar más café que agua hay en el mar muerto, a un coqueto espécimen, que es capaz de proporcionarnos fruslerías como café al toffee.
Esto ha provocado una leve reacción en cadena, mi grupo cafetero ha sido el primero en darse cuenta de esta maravillosa novedad, y cada miembro ha informado a su respectivo departamento sobre esta nueva.
En unos diez minutos, unas veinte personas, han ido a ver el nuevo artefacto. Pocos han sido aquellos que no han pedido un par de cafés, dos chocolates y un vaso de agua caliente para probar las capacidades de la novedosa cafetera. Hablemos hablado del tema todos con todos como mínimo cuarto de hora...
¿Merece la pena tanto alboroto? Cierto es que hemos ganado con el cambio, aunque no es menos cierto que puede que mi organismo eche de menos el antiguo café ya que facilitaba mi transito intestinal una barbaridad (por favor conserven la máquina en alguna farmacia como laxante), pero tampoco es para tanto. La explicación es clara, estamos tan jodidamente cansados de vernos las caras todos los días que la más mínima novedad es recibida como maná del cielo.
Imaginen queridos lectores el alborozo que se forma cuando hay una entrevista laboral...
La foto es por poner una chica guapa en este blog tan lleno de mi fealdad, es Sofia, de Cámara Café (entre cafés anda el juego hoy), uno de los pocos programas actuales de televisión potables. Eso me hace recordar que tengo yo pendiente una crítica televisiva. Dios proveerá.
Ah Señora o señorita punto o . ,como usted prefiera, gracias por su intervención, pero en mis sueños, aparezco en las situaciones más inverosímiles, pero siempre me comporto como soy en realidad. O al menos eso es lo que recuerdo ya que en rara ocasión puedo traer a mi memoria algo acaecido durante mis escarceos con Morfeo. Pero hablar del inconsciente es terreno cenagoso y puede tener razón y que haya un Brausen soñado habitando por mi mente libre y desconocido.
Brausen se va a leer a Chicho Terremoto, ese filosofo de los años ochenta, coinciden totalmente en su gustos de ropa interior (Brausen añadiría el negro al blanco de Chicho). Chicho eres sabio.
martes, 13 de marzo de 2007
Dos destellos crepusculares.
Amaneciendo: Y al salir por la mañana dirección al trabajo, escuchando a todo volumen a los Ramnstein, he visto como una vecina aparecía por el jardín al mismo tiempo que yo, unos quince metros delante mía. No la tenía identificada, y seguí caminando a mi ritmo ensimismado en la música. Cual es mi sorpresa cuando la joven (debe andar entorno a los veinticinco años) se frena, espera unos breves segundos y me cede gentilmente el paso para traspasar el primer pórtico, con una sonrisa en la cara. Yo aturdido, repetí el gesto en la segunda puerta, recibiendo a cambio otra bella sonrisa.
Dos sonrisas de las que iluminan la vida, a las que Becquer dedicaría una rima y a este humilde Brausen le han alegrado el día.
Anocheciendo: Y he comprado una minicadena la mar de recoleta, con un puerto USB que va a hacer las delicias de nenes y nenas. ¡Qué dilema dilucidar con que canción inaugurar tan bello artefacto! Al final esta ha sido la elección: Thunder Road, interpretada en el Hammersmith Odeon en 1975. Springsteen solo al piano cantando con tal emoción esos versos sinónimo de libertad y amor, que, sinceramente, me han hecho verter alguna lágrima.
Para Narradora de Bolsillo; mi jovial jefe bebe Ballantines en copa de balón, me imagino que para parecer más señor. Curiosamente el que escribe, bebe la misma marca.
Para Ingrid, querida Ingrid, mi pasión sigue aquí conmigo, aunque quiera fingir que no existe, miento al hacerlo. Esta forrada por una capa diamantina que no la deja salir, o tomando prestado el título de un poema de Bendetti, tengo un "Corazón coraza". ¿Saldrá de su preciosa cueva? ¡Quién sabe!
Brausen recomienda a todo el mudno escuchar el disco: Born to run y promete un nuevo capítulo de las asombrosas aventuras de: "Un jefe borrachín".
Dos sonrisas de las que iluminan la vida, a las que Becquer dedicaría una rima y a este humilde Brausen le han alegrado el día.
Anocheciendo: Y he comprado una minicadena la mar de recoleta, con un puerto USB que va a hacer las delicias de nenes y nenas. ¡Qué dilema dilucidar con que canción inaugurar tan bello artefacto! Al final esta ha sido la elección: Thunder Road, interpretada en el Hammersmith Odeon en 1975. Springsteen solo al piano cantando con tal emoción esos versos sinónimo de libertad y amor, que, sinceramente, me han hecho verter alguna lágrima.
Para Narradora de Bolsillo; mi jovial jefe bebe Ballantines en copa de balón, me imagino que para parecer más señor. Curiosamente el que escribe, bebe la misma marca.
Para Ingrid, querida Ingrid, mi pasión sigue aquí conmigo, aunque quiera fingir que no existe, miento al hacerlo. Esta forrada por una capa diamantina que no la deja salir, o tomando prestado el título de un poema de Bendetti, tengo un "Corazón coraza". ¿Saldrá de su preciosa cueva? ¡Quién sabe!
Brausen recomienda a todo el mudno escuchar el disco: Born to run y promete un nuevo capítulo de las asombrosas aventuras de: "Un jefe borrachín".
domingo, 11 de marzo de 2007
El posible Brausen
Brausen mira alborozado la polémica creada, el siguiente paso será el polígrafo, la fama ya esta aquí.
Y hoy para variar; hablaremos de literatura, de un cuento de Juan Carlos Onetti, "El posible Baldi". Un resumen de esta pequeña joyita sería el que sigue: Baldi va tranquilamente por Buenos Aires, cuando ve a una joven que sufre la persecución de un moscón (estando en Argentina todos deberían serlo...) la agarra del brazo y se hace pasar por su novio, poniendo punto y final a la persecución del desconocido hacia la desvalida dama.
Ésta queda muy agradecida y le pregunta por su vida, Baldi en vez de contestarle la verdad se inventa todas sus respuestas, responde lo que querría ser y no es. Al despedirse de la joven, Baldi esta apesadumbrado porque se ha dado cuenta que todos sus sueños se han convertido en simples mentiras contadas a una desconocida y no son nada más que eso. Aquí acaba el cuento.
Y yo, en este momento, me pregunto: ¿existe un posible Brausen?, un ser olvidado nonato entre sus sueños perdidos. Y creo que he de contestar que no, no hay otro. Mi mayor defecto es la ausencia de pasión, y por tanto de sueños. O quizás sea una virtud, ya que realmente Brausen es el que quiere (o tiene que) ser y aunque contestase falsedades a las preguntas de una agradecida transehuente, extremo este harto poco probable al ser francamente miedoso, después no se sentiría deprimido ya que no hay nada que desee ser distinto a lo que ya es. El otro lado de la moneda es claro: tampoco siente pasión por lo que actualmente es.
Brausen recomienda a Juan Carlos Onetti, de la prosa hace lírica y del pensamiento armonía.
Y hoy para variar; hablaremos de literatura, de un cuento de Juan Carlos Onetti, "El posible Baldi". Un resumen de esta pequeña joyita sería el que sigue: Baldi va tranquilamente por Buenos Aires, cuando ve a una joven que sufre la persecución de un moscón (estando en Argentina todos deberían serlo...) la agarra del brazo y se hace pasar por su novio, poniendo punto y final a la persecución del desconocido hacia la desvalida dama.
Ésta queda muy agradecida y le pregunta por su vida, Baldi en vez de contestarle la verdad se inventa todas sus respuestas, responde lo que querría ser y no es. Al despedirse de la joven, Baldi esta apesadumbrado porque se ha dado cuenta que todos sus sueños se han convertido en simples mentiras contadas a una desconocida y no son nada más que eso. Aquí acaba el cuento.
Y yo, en este momento, me pregunto: ¿existe un posible Brausen?, un ser olvidado nonato entre sus sueños perdidos. Y creo que he de contestar que no, no hay otro. Mi mayor defecto es la ausencia de pasión, y por tanto de sueños. O quizás sea una virtud, ya que realmente Brausen es el que quiere (o tiene que) ser y aunque contestase falsedades a las preguntas de una agradecida transehuente, extremo este harto poco probable al ser francamente miedoso, después no se sentiría deprimido ya que no hay nada que desee ser distinto a lo que ya es. El otro lado de la moneda es claro: tampoco siente pasión por lo que actualmente es.
Brausen recomienda a Juan Carlos Onetti, de la prosa hace lírica y del pensamiento armonía.
jueves, 8 de marzo de 2007
Un giro comercial
Y una voz liquida bañaba su cuerpo, lavando su alma, perdiendo su miedo.
Un Brausen nuevo nació de su boca.
He descubierto que puedo ganar pasta si consigo cierto número de visitas al Blog, los patrocinadores , ansiosos, me darían el oro y el moro por aparecer en mi página. Yo solo elegiría a los más prestigiosos y gastaría mis ingresos en hacer un parque de atracciones en mi honor: Brausenlandia.
Como paso previo he de elevar la audiencia de este blog hasta límites insospechados, para ello le daré al público lo que me solicita en los cientos de cartas que me llegan cada día a mi dulce hogar: carnaza. Dejaré mi artículo cultureta sobre otro escritor para otro momento y voy alegre a hacerle una entrevista callejera a Belén Esteban.
El intento ha sido infructuoso, Belén no tenía el coño para ruidos y me ha despachado sin piedad alguna, así que hablaré del segundo personaje más cachondo que conozco: mi jefe.
Es un hombre de 64 años, alto (metro ochentaitantos), enjuto, y siempre exquisitamente vestido, no le concibo sin corbata, hasta en el más duro verano madrileño él sigue prendido de ella.
Mi jefe a simple vista parece el clásico SEÑOR con mayúsculas, e incluso si topas con él por la mañana puede parecer tal. El problema llega después de la hora de la comida, sale la bestia que hay en él. Mi amado público se preguntará como es esto posible, ¿le sientan mal las acelgas? ¿se resiente por las paellas requemadas? ¿se enerva ante un filete plancha más plancha que filete? ¡no! Su elixir transformador es mucho más simple: Un par de pelotienes: dos ballantines solos en copa de balón que parecen el meado de un elefante. En las propias palabras de mi admirado superior: "yo no bebo copas impares, siempre dos, cuatro, seis..." Y esta heroicidad la realiza en un tiempo record, le he visto beberse esos pelotys mientras yo me tomaba uno poco cargado en un vaso de tubo normal...
Kafka escribió sobre el artista del hambre, yo lo hago sobre el artista del whisky. Su capacidad es
legendaria, en la empresa es un semidios, nadie permanece impasible ante su diario sacrificio, y los espectáculos trágico-cómicos que monta después de almozar son más recordados aun si esto es posible.
Le he visto piropear a las mujeres que pasan por el pasillo saliendo cual fiera de su despacho, discutir a grito pelado con cualquiera que se le cruce , mandar a tomar por culo a su jefe...
Su filosofía vital es curiosa, siempre me la cuenta de la misma manera, borracho me agarra del bracito (no soy un Hércules, siento decepcionar a la sección femenina que me lee) y me dice: "Brausen tú nunca te cases, nunca, y si lo haces primero te echas una novia, y la haces putadas, que no te las aguanta, te busca otra, así hasta que una te las aguante..." Yo ante tal muestra de sabiduría no puedo más que asentir y reconocer lo grande que es la sapiencia de mi amado superior comparada con mi terrible ignorancia vital.
Podría estar horas escribiendo sobre él, pero no se si al público, que tanto quiero, le interesa.
En vuestra mano esta que siga con este tema. Juzgad.
Brausen recomienda no acudir jamás al despacho de su jefe transcurridas las 15 h. Quien incumpla esta advertencia puede pagarlo muy caro.
Un Brausen nuevo nació de su boca.
He descubierto que puedo ganar pasta si consigo cierto número de visitas al Blog, los patrocinadores , ansiosos, me darían el oro y el moro por aparecer en mi página. Yo solo elegiría a los más prestigiosos y gastaría mis ingresos en hacer un parque de atracciones en mi honor: Brausenlandia.
Como paso previo he de elevar la audiencia de este blog hasta límites insospechados, para ello le daré al público lo que me solicita en los cientos de cartas que me llegan cada día a mi dulce hogar: carnaza. Dejaré mi artículo cultureta sobre otro escritor para otro momento y voy alegre a hacerle una entrevista callejera a Belén Esteban.
El intento ha sido infructuoso, Belén no tenía el coño para ruidos y me ha despachado sin piedad alguna, así que hablaré del segundo personaje más cachondo que conozco: mi jefe.
Es un hombre de 64 años, alto (metro ochentaitantos), enjuto, y siempre exquisitamente vestido, no le concibo sin corbata, hasta en el más duro verano madrileño él sigue prendido de ella.
Mi jefe a simple vista parece el clásico SEÑOR con mayúsculas, e incluso si topas con él por la mañana puede parecer tal. El problema llega después de la hora de la comida, sale la bestia que hay en él. Mi amado público se preguntará como es esto posible, ¿le sientan mal las acelgas? ¿se resiente por las paellas requemadas? ¿se enerva ante un filete plancha más plancha que filete? ¡no! Su elixir transformador es mucho más simple: Un par de pelotienes: dos ballantines solos en copa de balón que parecen el meado de un elefante. En las propias palabras de mi admirado superior: "yo no bebo copas impares, siempre dos, cuatro, seis..." Y esta heroicidad la realiza en un tiempo record, le he visto beberse esos pelotys mientras yo me tomaba uno poco cargado en un vaso de tubo normal...
Kafka escribió sobre el artista del hambre, yo lo hago sobre el artista del whisky. Su capacidad es
legendaria, en la empresa es un semidios, nadie permanece impasible ante su diario sacrificio, y los espectáculos trágico-cómicos que monta después de almozar son más recordados aun si esto es posible.
Le he visto piropear a las mujeres que pasan por el pasillo saliendo cual fiera de su despacho, discutir a grito pelado con cualquiera que se le cruce , mandar a tomar por culo a su jefe...
Su filosofía vital es curiosa, siempre me la cuenta de la misma manera, borracho me agarra del bracito (no soy un Hércules, siento decepcionar a la sección femenina que me lee) y me dice: "Brausen tú nunca te cases, nunca, y si lo haces primero te echas una novia, y la haces putadas, que no te las aguanta, te busca otra, así hasta que una te las aguante..." Yo ante tal muestra de sabiduría no puedo más que asentir y reconocer lo grande que es la sapiencia de mi amado superior comparada con mi terrible ignorancia vital.
Podría estar horas escribiendo sobre él, pero no se si al público, que tanto quiero, le interesa.
En vuestra mano esta que siga con este tema. Juzgad.
Brausen recomienda no acudir jamás al despacho de su jefe transcurridas las 15 h. Quien incumpla esta advertencia puede pagarlo muy caro.
lunes, 5 de marzo de 2007
Retirada
El segundo tema que tenía en la cabeza, y aunque la asociación de sabor y olor es muy buena, no era ese, es este: J.D. Salinger.
Mis queridos y cultos lectores, seguro que sabrán quien es este curioso personaje, pero para aquellos que anden un poco perdidos les diré que es el escritor de: "El guardián entre el centeno". El libro me ha encantado, directo, irónico, brutal, real y deprimente. Un personaje "maldito" creíble, no como sucede la mayoría de las veces con Chinaski, el cual adopta una pose vital, la pose del perdedor a priori o de la persona que decide revolcarse por la mierda cual cerdo. En cambio Holden, el protagonista de Salinger, no sabe que hacer con su vida, es un crío soñador, un perdido adolescente pesimista y avispado. Un tipo que realmente sufre, por la soledad, por su indecisión, por lo que le rodea.
Pero no quería hablar ahora del libro, quería hablar del autor. Es curiosa su biografía, El guardián se publicó en 1951 y hasta 1961 siguió escribiendo, pero a partir de entonces no ha vuelto a publicar ni una sola palabra. Aun sigue vivo.
El guardián le hizo famoso, pero Salinger rechazó todo lo que le conlleva la fama a un escritor: conferencias, actos de presentación, firmas, entrevistas... No lo soportaba, se mudó a un pueblito de Estados Unidos (imaginemos la clásica aldea americana que nos han metido en la cabeza los cientos de películas yankees que hemos visto) y trató de pasar desapercibido. Lo más curioso del caso, y quizás lo más importante, es que aunque el quiso retirarse de toda la vida pública y no volvió a escribir una palabra, o al menos publicarlas, no lo consiguió. Esta decisión, hizo que se crease una incertidumbre en la gente y reclamase noticias sobre él. Por tal decisión, se han escrito libros, rodado películas e incluso dictado sentencias. Valga como ejemplo este: su propia hija ha escrito una biografía sensacionalista contando las miserias de su desconcertante padre.
Posiblemente si hubiese seguido escribiendo y haciendo la vida esperada en un autor, este interés por él se hubiese disipado, la leyenda del libro no sería tanta y hubiese desaparecido de la vida pública tal y como era su objetivo. Pero, al hacer justamente lo contrario, consiguió un más que sorprendente efecto inverso al deseado.
¿Por qué nos resulta tan difícil asimilar que no quería ser famoso? ¿por qué todo el mundo trataba de ver alguna razón oculta en esa retirada? ¿tanto deseamos la celebridad, en general, que no entendemos como alguien no la quiere?
Curiosa la decisión de Mr. Salinger, pero más curiosa es la reacción del resto de la humanidad ante tal apuesta.
Brausen recomienda a todos los alérgicos que se vayan aprovisionando de antiestamínicos. Menuda primavera nos espera.
sábado, 3 de marzo de 2007
Respuestas y olores
Lo primero, es contestar esa pregunta tan gentilmente realizada por Narradora de Bolsillo.
Imagino que Krilin es uno de los seres más rutinarios que existen, todos los días se levanta pronto, desayuna algo super vitaminado y se pone a entrenar como un loco, por la noche cena y a la cama pronto que al día siguiente tiene que hacer exactamente lo mismo. No olvidemos nunca que Krilin ha alcanzado esa fuerza sobrehumana a base de trabajo y fuerza de voluntad, no es un privilegiado como Superman, es un proletario del heroísmo.
Lógicamente su rutina se rompe cuando tiene que pararle los pies a algún enemigo de la humanidad, pero esta no es una decisión que tome él, va a remolque de la maldad.
Nosotros en nuestro día a día (a este paso de tanto usar la expresión me va a pedir derechos de autor la Campos) tenemos más poder de decisión que él, más opciones de romper el circulo vicioso.
Él es un guardián y tiene que esperar, vigilar y estar listo para entrar en acción.
Tenía un par de temas pendientes en mi cabecita para expresarlos aquí, solo hablaré (mejor dicho, escribiré) sobre uno: el gran poder evocador que tienen los olores.
Mi casa desprende aroma a madera (se han cambiado puertas y armarios) y eso me ha hecho recordar momentos del pasado como si los estuviese viviendo de nuevo. Me pasa sobre todo con los perfumes en las mujeres, cuando asocio uno a una mujer, siempre que lo percibo la recuerdo.
Es una sensación que me encanta. Con el resto de cosas no me pasa tanto, una canción me puede recordar un momento, pero es mucho más vago que lo que me sucede con los olores.
Brausen se encuentra algo resacoso, contra este mal recomienda: mucha agua y paciencia.
Imagino que Krilin es uno de los seres más rutinarios que existen, todos los días se levanta pronto, desayuna algo super vitaminado y se pone a entrenar como un loco, por la noche cena y a la cama pronto que al día siguiente tiene que hacer exactamente lo mismo. No olvidemos nunca que Krilin ha alcanzado esa fuerza sobrehumana a base de trabajo y fuerza de voluntad, no es un privilegiado como Superman, es un proletario del heroísmo.
Lógicamente su rutina se rompe cuando tiene que pararle los pies a algún enemigo de la humanidad, pero esta no es una decisión que tome él, va a remolque de la maldad.
Nosotros en nuestro día a día (a este paso de tanto usar la expresión me va a pedir derechos de autor la Campos) tenemos más poder de decisión que él, más opciones de romper el circulo vicioso.
Él es un guardián y tiene que esperar, vigilar y estar listo para entrar en acción.
Tenía un par de temas pendientes en mi cabecita para expresarlos aquí, solo hablaré (mejor dicho, escribiré) sobre uno: el gran poder evocador que tienen los olores.
Mi casa desprende aroma a madera (se han cambiado puertas y armarios) y eso me ha hecho recordar momentos del pasado como si los estuviese viviendo de nuevo. Me pasa sobre todo con los perfumes en las mujeres, cuando asocio uno a una mujer, siempre que lo percibo la recuerdo.
Es una sensación que me encanta. Con el resto de cosas no me pasa tanto, una canción me puede recordar un momento, pero es mucho más vago que lo que me sucede con los olores.
Brausen se encuentra algo resacoso, contra este mal recomienda: mucha agua y paciencia.
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