jueves, 22 de marzo de 2007

Lo que el publico desea

Brausen escribe comiendo pipas, con el punto justo de sal, siempre tan Aristotélico en sus elecciones.

Y el público pide más sobre mi jefe y yo, siempre solicito a mis amados lectores, os voy a dar lo que me pedís.
Además me viene de perillas, ya que ayer me comentó que se jubila; que en Junio abandona el barco en el cual hemos estado tres años y pico juntos, ¿quien será ahora mi capitán? Oh capitán, capitán, ¿que va a ser de mí?
Se acaba una época, una institución de mi empresa, treinta y cinco años trabajando en ella, la abandona, habrá un antes y un después. Yo, desde luego le voy a añorar.
Pero estoy aquí para contaros una mini historia sobre mi más querido borrachín, a parte de un indudable amor a la malta, también posee cierto apego por las casas de putas.
Uno de las aficiones que tenía (y no sé si aun tendrá) con sus amigos era (no, no es discutir sobre la teoría Kantiana del conocimiento como os imaginabais la mayoría) irse de putas y sin previo aviso, salir por piernas y el último que se quedaba pagaba la cuenta. ¡Apasionante distracción sin duda!.
En una de estas desenfadadas correrías, a mi jefe no le dio tiempo a ponerse los calzoncillos, y tuvo que salir con el badajo colgando a todo trapo y viento en popa. Acabada la odisea regresó a su Ítaca particular y Penélope (si, hay una santa que le aguanta, increíble pero cierto) le esperaba medio dormida. En esto que la providencia hace que la paciente esposa abra el ojo cuando su marido se baja los pantalones, ella sorprendida por la falta de los abanderado de su amado le inquiere: "¿qué te ha pasado que no traes calzoncillos?" A nuestro Ulises no le tembló el pulso y con inusitada rapidez contestó: "No te vas a creer lo que me ha pasado..., en la cena me he tirado un pedo y como ando un poco sueltecillo..., con el aire se me ha escapado todo y he tenido que tirar los calzones..." Nuestra Penélope quedo totalmente satisfecha con esta explicación y siguió durmiendo el apacible sueño de la inocencia.

Candela (¿nunca te han dicho eso de: "luz de mi camino, guia de mi soledad"?), me parece muy acertada tu idea. Si es cierto lo que dices, las connotaciones distintas de palabras que vienen a significar lo mismo. Me has dado una idea, en cierto libro de Kundera (no recuerdo cual) habla de algo parecido, acerca de los "vocabularios particulares", la próxima entrada versara sobre eso.
Gracias.

Brausen recomienda: Splendid Isolation de Pete Yorn. Cuando Brausen se siente fuerte y pletórico desea muchas veces lo que comenta el bueno de Pete.

4 comentarios:

narradora de bolsillo dijo...

Un ser "entrañable" tu jefe. Su Penélope, en lugar de tejer durante el día el manto y deshacerlo por la noche, podía tricotar calzoncillos por la noche y destruirlos por el día cuando viniera con ellos puestos...

Anónimo dijo...

Ingrid Pontecorvo dijo...

Creo que conozco algun otro caso de perdida de calzoncillos similar

por cierto: www.fotolog.com/putiarte

para que veas lo malvada que es la gente

Anónimo dijo...

Tu jefe es de esos hombres que tienen que extinguirse... qué jeta tienen algunos! repito lo que ya te dije: pq no escribes sobre tus prejuicios? podrías hacer hasta una enciclopedia. Contenta me tienes...

Anónimo dijo...

Igual no tienes tu la culpa y es tu vejez la traidora! si te molestó el comentario lo siento, pero no pude resistirme, estoy muy susceptible con esas cosas. Puedes censurarme si quieres