martes, 13 de marzo de 2007

Dos destellos crepusculares.

Amaneciendo: Y al salir por la mañana dirección al trabajo, escuchando a todo volumen a los Ramnstein, he visto como una vecina aparecía por el jardín al mismo tiempo que yo, unos quince metros delante mía. No la tenía identificada, y seguí caminando a mi ritmo ensimismado en la música. Cual es mi sorpresa cuando la joven (debe andar entorno a los veinticinco años) se frena, espera unos breves segundos y me cede gentilmente el paso para traspasar el primer pórtico, con una sonrisa en la cara. Yo aturdido, repetí el gesto en la segunda puerta, recibiendo a cambio otra bella sonrisa.
Dos sonrisas de las que iluminan la vida, a las que Becquer dedicaría una rima y a este humilde Brausen le han alegrado el día.
Anocheciendo: Y he comprado una minicadena la mar de recoleta, con un puerto USB que va a hacer las delicias de nenes y nenas. ¡Qué dilema dilucidar con que canción inaugurar tan bello artefacto! Al final esta ha sido la elección: Thunder Road, interpretada en el Hammersmith Odeon en 1975. Springsteen solo al piano cantando con tal emoción esos versos sinónimo de libertad y amor, que, sinceramente, me han hecho verter alguna lágrima.

Para Narradora de Bolsillo; mi jovial jefe bebe Ballantines en copa de balón, me imagino que para parecer más señor. Curiosamente el que escribe, bebe la misma marca.

Para Ingrid, querida Ingrid, mi pasión sigue aquí conmigo, aunque quiera fingir que no existe, miento al hacerlo. Esta forrada por una capa diamantina que no la deja salir, o tomando prestado el título de un poema de Bendetti, tengo un "Corazón coraza". ¿Saldrá de su preciosa cueva? ¡Quién sabe!

Brausen recomienda a todo el mudno escuchar el disco: Born to run y promete un nuevo capítulo de las asombrosas aventuras de: "Un jefe borrachín".

2 comentarios:

narradora de bolsillo dijo...

Una mirada, una sonrisa.

Fue en una esquina,
cuando mis ojos se enamoraron de tu mirada,
fue solo un instante
y tu sonrisa iluminó mi cara.

Desde aquel día
mis ojos ya no quieren ver mas nada,
solo quieren ver esa perfecta combinación
de tu sonrisa y tu mirada.

Cada vez que paso
quedo maravillado con tu sonrisa,
no importa con quien estés
siempre una sonrisa en vos veré.

Me saludás como si nos conociéramos desde hace años,
cada vez que te veo, por mas triste que esté,
siempre me alegrás el día, siempre me alegrás con tu voz,
y siempre tu mirada va directo a mi corazón.


Nicolás Pauluk

Anónimo dijo...

Brausen, querido Brausen, las cuevas son frías y húmedas, y el moho estropea las cosas. Sácala mientras esté sana.