sábado, 28 de abril de 2007

¡Ayudadme!

Brausen tiene los nervios crispados, hay nuevos vecinos en el piso de arriba, los cuales, haciendo uso de su derecho a la propiedad han empezado unas obras para convertir el pisito recién adquirido en la casa de sus sueños, pero mientras tanto joden el tan necesario descanso de Brausen porque se ponen a picar a eso de las 8.30 a.m. de hoy sábado 28.04.07. Si al menos tuviesen una hija de buen ver y de mejor educación, este suplicio sería más llevadero...

Me adentro en un terreno cenagoso y maravilloso como es la mente humana, pero no voy a ser tan atrevido como para meterme a fondo en esa gran desconocida, sólo, y espero no hacerlo demasiado mal, voy a tocar un tema de refilón. Pero para ello he de remontarme a los albores del siglo XX, por aquel entonces nacía la psicología de la mano de Freud, pero tenía un discípulo/amigo/coautor llamado Carl Gustav Jung, este buen hombre natural de Suiza, defendía que existe en nosotros, además del consciente e inconscientes freudianos, una tercera parte, que el llama el Inconsciente colectivo. Una especie de consciencia de especie. Ya os hablaré más largo y tendido cuando me empiece un librito suyo que me compré que se llama: "Lo inconsciente" .
Me centraré en el termino que tanto me llama la atención de Jung, que no es otro que sincronía, cuya definición podría ser: hechos relacionados no causales. Para entenderlo no hay nada mejor que un ejemplo, allá va uno: tengo una compañera de trabajo que muchas de las mañanas que iba a su antiguo puesto laboral, se encontraba con un curioso hombrecillo de unos cincuenta y largos que le daba palique mientras esperaban juntos el autobús. Cuando entró a la empresa, que actualmente compartimos, era para sustituir a un trabajador que se jubilaba. Ya os habréis imaginado quien resulto ser, el señor que le daba palique muchas mañanas.
Pondré otro ejemplo más, también relacionado con mi mundo laboral, otro de los últimos fichajes de mi empresa trabajaba en la antigua sede de ésta sin él saberlo. Lo descubrió un día por casualidad cuando dijo una compañera veterana, "que bien estábamos en la calle Goya" y él se dio cuenta que el había trabajado en el mismo lugar que muchos de sus colegas más augustos.
¿Casualidades? ¿señales? ¿tonterías? Pues no lo sé, por eso me gustaría que me ayudaseis queridos lectores, ¡buscad sincronías! Dadmelas, ya sean vuestras, de vuestros hermanos, novias, novios, amantes, animales domésticos, animales salvajes, robots o cualquier otro tipo de ser real o de ficción, pero dadmelas.
Siempre he deseado que haya en el mundo algo más, que no todo sea un cuaderno cuadriculado, que exista una cierta parte de magia que se escape a nuestro control... Así que difundid la palabra por el mundo, por la verde Asturias, por la austera Castilla, por la huerta valenciana y por los cuatro confines de la tierra, busco apóstoles de la sincronía ¿queréis serlo?

Brausen sigue soportando los golpes continuos, no sabe que quieren hacer sus nuevos vecinos,
a lo mejor hacen el piso en plan Loft o están creando una fábrica clandestina de cocaína, pero lo que tiene claro es que tanto golpe no es normal.
Centrándose en sus recomendaciones:
Un poquito de Rock and roll clásico, de ese que se te van los pies al escuchar los dos primeros acordes: Rock and roll, el clásico de los Led Zeppelin versionado por el eterno Jerry Lee Lewis con el gran Jimmy Page en la guitarra.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Weno, peor es tener a tíos colgados de las ventanas pintando el patio de luces, no molaba nada!! si por lo menos hubieran sido de estos albañiles monos.. pero no, su barriguilla no me ponía nada.
No sé si conocer a alguien y darte cuenta de que es el que salía en tus sueños (el típico tio ideal) sirve, pero a mí me pasó y flipé, ese pavo era exactamente como el que yo me imaginaba, lástima que no fuera recíproco..
mua, amote!!

Anónimo dijo...

Estaba tardando el señor Jung en aparecer por estos lares.

Sincronizamos un rato en la carpeta íntima?

narradora de bolsillo dijo...

Antes de pasar a otro tema, mostrando mi espíritu colaborador, ahí va mi sincronía.
Cuando estaba en mi penúltimo curso de carrera, un compañero de clase me pidió información sobre un tema que yo conocía porque había trabajado en él, para que su vecino de habitación, que había acabado, se decidiese a aceptar un empleo que le había salido.
Cuando terminé de estudiar, intentando hacerme un hueco en el mundo laboral, me ofrecieron un empleo en Salamanca para sustituir a un chico que se trasladaba a la capital para vivir con su novia que residía allí (¡qué bonito es el amor!).
Pues bien, a quien sustituí fue al vecino de mi compañero de clase.

Anónimo dijo...

A ver, aquí va otra, yo creo que ésta si que es una sincronía.
Cuando estaba en 2º de ESO iba a buscar a mi hermana al colegio y al parecer, siempre me cruzaba con un chico, el mismo que al año siguiente fue mi compañero de clase, se sentaba al lado mío vamos. Esto me lo contó él porque yo no me había fijado en él!

Anónimo dijo...

Una de las sincronías más bonita que recuerdo es con mi mejor amigo, mi amigo desde la infancia. Su novia se llama como yo y mi novio como él.

Candela

Anónimo dijo...

Yo y mi "amigo" Camilo si que estamos sincronizados. A ver cuando me deleitas con un relato sobre nuestras abundantes casualidades.